Ir a un cumpleaños, entrar en un salón lleno de gente, la mayoria son conocidos. Sentir palpitaciones y como comienzan a temblarme las manos. Que dificil hablar, que dificil sacar un tema de conversación. Para los demás es tan fácil, hablar sin limite alguno... mientras yo me quedo solo como oyente. Como si fuera un programa de radio y yo estuviera del otro lado, solo escuchando, sin decir una palabra. Ganar un concurso donde es un día de fotografía. Mas de 15 chicas seleccionadas. Todas llegan y comienzan a interactuar, mientras yo escucho sigilosa en algún rincón del salón. Se sacaban fotos entre ellas, se hacían chistes y hasta al finalizar el día se pasaron sus números de teléfono y yo... espectadora de todo el asunto, invisible. No es que no quiero ser sociable, realmente no se como. Admiro a toda esa gente que llega a un lugar sin conocer a nadie y enseguida se pone a hablar con cualquier persona mientras yo sigo mirando desde mi rincón. Y no es que no quiera ser así, si...
Admiro la capacidad sobrenatural que tenés para influir en mi. Ese poder de manipularme, de hacerme sentir culpable por tus errores. Pero más admiro tu capacidad de dar vuelta mi mundo con dos palabras. De a pesar el tiempo que ya llevamos juntos, todavía me sienta nerviosa antes de verte y sienta mariposas en la pansa. De los pequeños detalles que siempre me sorprenden. Admiro tu paciencia infinita y que confíes en mí con los ojos cerrados.